Se acercan las vacaciones de Semana Santa, unos días para relajarse, pero que muchas veces nos preocupan por tener que romper las indicaciones de alimentación y vida sana que estamos intentando seguir para nuestro objetivo.
Para ello vamos a intentar mantener unas pautas para que a la vuelta no nos cueste seguir con el ritmo anterior, sin necesidad de deshacer los cambios previos que habíamos logrado.
PAUTAS PARA MANTENERSE EN VACACIONES:
- Intentar mantener
actividad. Debemos intentar no estar todo el día muy parados (aunque si
necesitamos descansar tampoco pasa nada por hacerlo). En vacaciones es fácil
tener una buena actividad ya que tenemos tiempo para pasear, para poder dar una
vuelta en bici, sacar los patines, hacer alguna ruta por la montaña o practicar
juegos en la playa. Todo cuenta, además de para quemar más energía, para
relajarse el estrés ya que son actividades que nos divierten.
- No dar días por perdidos. Esto es muy importante: no
porque un día vayamos a tener una cena o comida más excesiva debemos darlo “por
perdido”. La idea es que aunque nos excedamos en una de las comidas, el resto
intenten mantener las pautas saludables que estemos llevando (más verdura,
fruta, carnes magras, cantidades moderadas, limitar el alcohol...)
- Limitar picoteos, bebidas alcohólicas y postres dulces.
Estas son las pequeñas cosas que acaban haciendo que superemos los
requerimientos ya que introducen más calorías vacías, es decir, solo aportan
energía y muy pocos nutrientes.
- Mantener un buen consumo de fruta, verdura y fibra. Esto
nos ayuda a seguir aportando vitaminas y minerales muy importantes para el buen
funcionamiento del organismo. Debemos intentar que al menos en una de las
comidas haya verdura y tomar una o dos piezas de fruta, que pueden llevarse cómodamente
para tomar a media mañana o merienda
- No obsesionarse y disfrutar. Es importante también que el cuerpo se
relaje hormonalmente, tenemos que evitar decirle que pasa algo malo por estar saliéndonos
un poco de nuestras costumbres. Hay que pensar en la comida como un aporte de
energía y nutrientes necesarios para la vida, como alimentos, no como algo que
sirve para "engordarnos". Si se coge un kilo de vacaciones se pierde
sin problema a la vuelta en cuanto se retoman los hábitos, no tenemos que preocuparnos
mucho más.
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